Para la Revista A32 Premium
Tengo curiosidad. Necesito fechas precisas para juzgar si en menos de cuatro aƱos, hemos podido resignificar aquello que, usando un arcaismo, denominarĆ© como catadura moral y si, acaso, tenemos la intención y la libertad de plantearnos el desafĆo del debate.
El 24 de septiembre de 2020, en pleno desarrollo del aislamiento obligatorio por la pandemia del tan cuestionado covid 19, se llevó a cabo una reunión virtual de los responsables de la cÔmara baja.
En ese encuentro el diputado por Salta por el Frente para la victoria Emilio Ameri,
apareció en la transmisión con su pareja sentada en la falda, besando o tocando, el detalle es indiferente, las mamas recién operadas de la dama en cuestión. El escÔndalo estalló de inmediato. Los medios de difusión nacionales, las redes sociales y las radios pusieron en agenda el tema y como ya se sabe, mÔs allÔ de las excusas dadas oportunamente por el acusado, el cuerpo legislativo decidió la suspensión del legislador y luego, inevitablemente, Ameri presentó su renuncia.
Es bueno recordar, que el ahora rutilante juez Ariel Lijo, le aplicó la pena por el delito de perturbación al ejercicio de funciones públicas.
Toda la argentinidad o buena parte de ella, guarda en su memoria los hechos ya mencionados y la polĆtica nacional, duramente cuestionada, sintió que salvaba las pilchas.
Hace muy poco y antes de que se cumplan cuatro aƱos de aquellos acontecimientos, seis diputados de la Libertad avanza, Lourdes Arrieta, RocĆo Bonacci, BeltrĆ”n Benedit, Guillermo Montenegro, MarĆa Fernanda Araujo y Alida Ferreyra, programaron y llevaron a cabo la visita a represores que purgan condena por la represión, asesinato, robo de bebes y desaparición de ciudadanos y ciudadanas argentinos durante la absolutamente ilegal dictadura militar, perpetrada bajo el nombre de Proceso de reorganización Nacional, entre 1976 y 1983. La suma de datos sobre aquellos aƱos de terror, no pretende subestimar al lector o la lectora, sino que intenta refrescar la memoria a quienes no lo recuerden, no lo sepan o insistan en hacerse los distraidos.
Uno de los mĆ”s "festejados", me remito a la información suministrada por los visitantes, fueron Alfredo Ignacio Astiz, militar perteneciente a la Armada y uno de los represores mĆ”s famosos del terrorismo de estado en la Ćŗltima dictadura cĆvico-militar argentina, preso en cadena perpetua por delitos de lesa humanidad. El "Ćngel rubio, "Ćngel de la muerte o "Gustavo niƱo" se infiltró en organizaciones de derechos humanos y fue la mano de obra que asesinó a las monjas francesas Alice Dumon y LĆ©onie Duquet, como asĆ tambiĆ©n, es responsable de la desaparición de la adolescente sueca Dagmar Hargelin. El otro es RaĆŗl Antonio Guglielminetti, alias Mayor Gustavino, un exagente de inteligencia argentino, perteneciente al Batallón 601, que en 2011, fue condenado a cadena perpetua por delitos de lesa humanidad.
Este último, reivindicado junto con otros asesinos por la actual vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, aprovechó la visita de los representantes del pueblo para entregarles un proyecto para que sea considerado en la búsqueda de ser beneficiado al menos, con prisión domiciliaria.
Me pregunto si el accionar de los diputados y diputadas en estas circunstancias, es representativo del mandato del casi cincuenta y seis por ciento de los y las votantes y si estos ciudadanos, alientan este desempeƱo.
SegĆŗn la información con la que cuento, el pedido de sanciones polĆticas a estos seis diputados libertarios a partir de su conducta. no tendrĆa eco como, para al menos, ser discutida abiertamente en la cĆ”mara baja.
La oposición "amigable" hasta el momento, no ha tomado una postura que pueda considerarse respetable o que siente posición de conjunto frente al cuestionamiento.
Se me escapa, como agua entre los dedos, la elaboración del cierre de esta nota. Los datos ofrecidos sobre los personajes involucrados en este relato, son fÔcilmente comprobables.
La dictadura cĆvico-militar forma parte de nuestra historia reciente, lo que hace de la justificación de desconocimiento de los represores por la edad de las jóvenes diputadas libertarias es absurda y ofensiva.
Termino aquĆ citando el tĆtulo que encabeza esta nota, "Tetas, obsenidad y represores light"
El anÔlisis pendiente lo dejo a consideración de quienes se tomen el trabajo de recorrer esta nota.
Dado el horario en que doy por finalizada esta tarea, les deseo que tengan buenas noches.
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