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domingo, 8 de septiembre de 2024

El regreso del que nunca se fue.

Hoy escribe: El topo cloaca.

“Porque la Ćŗnica verdad es la realidad que nos creamos”. (Sentencia del cabo primero “Tito” Ritondo)

Nueve y treinta de la maƱana.  Mis reflejos transformistas (me refiero a la capacidad de ser el que hace falta con fines patriĆ³ticos y no la de esos degenerados que se creen minitas) me obligan a subir al techo de mi casa vestido de perico monje. En estos dĆ­as en que hay que redoblar el esfuerzo, dar el Ćŗltimo empujoncito, no sĆ© si me entienden... no se puede reposar en la indiferencia. No digo que ser indiferente a la victimizaciĆ³n del pobrerĆ­o estĆ© mal, pero no mezclemos: una cosa es el deber y otro el placer. Se  comenta en mi barrio que un grupo sedicioso de viejos meados neomarxkirchnebolivarianos anda queriendo conspirar contra las bases fundantes del cambio definitivo de la sustancia pobrista argentina. Es alarmante. Suenan bombardas celestiales de atenciĆ³n (lo de bombarda lo busquĆ© en google), que nos obligan a presentar batalla. TodavĆ­a emergen de la memoria bondi del populismo esa consigna del subsidio, la justicia social, la solidaridad y todas esas estupideces.

Observo puntillosamente las calles lindantes con mi aƱejo largavistas que alguna vez vino de regalo con la revista anteojito. TambiƩn en mi caja de herramientas para espƭas encontrƩ un Topolino pero decidƭ no comerlo porque sospecho que estƔ vencido.

Por ahora todo parece en calma, pero sabemos que algo se estĆ” gestando. Cuando digo sabemos me refiero a informaciĆ³n con la que cuento de buena fuente, la que se pudo confirmar tras una charla con Patricia Bulrich mientras la ministra analizaba los resultados de una endoscopĆ­a realizada a un yaguaretĆ©.

No me van a sorprender. Por las dudas, y a falta de gas mostaza, cuento con un sachet de 330 gramos de alimento fabricado con sabor aparentemente a mostaza. No creo que surta el mismo efecto que las armas policiales de la libertad, pero algo es algo. Debemos optimizar y aprovechar todo recurso que se tenga a mano sobre todo ahora que contamos con la derrota definitiva de la inflaciĆ³n que nos encamina a Irlanda, Alemania, AfganistĆ”n o un lugar de esos. Mientras no dejo que se me escape ningĆŗn detalle, reflexiono unilateralmente sobre la crisis moral argentina. Mi sensibilidad patriĆ³tica estĆ” a flor de piel. De allĆ­ deduzco que viejos eran los de antes. La sapiencia del conservadurismo, el partidito de mus en el boliche de los abuelos, el ocuparse de los nietos, la abuela cocinando calladita, satisfecha por la educaciĆ³n familiar de esos hijos heterosexuales donde un pene es un pene y una vagina una vagina. Ahora no. 

Revientan los medidores con el uso del aire acondicionado y no quieren pagar lo que vale la energĆ­a elĆ©ctrica, piden  medicamentos gratis como si tuvieramos la culpa de su degradaciĆ³n, no quieren pagar el transporte y encima hay que darles el asiento y hasta tienen el tupĆ© de reclamar un sueldo que alcance la canasta bĆ”sica. ¡Canasta la de Caperucita viejos chotos!. No hay caso. Ya lo dice el preceptor celestial de nuestra fuerza no polĆ­tica: el viejo meado no la ve. Debe ser porque asĆ­ como no retienen la orina, tampoco son capaces de retener la revelaciĆ³n de la idea luz, de la purificaciĆ³n definitiva de las almas. ¡ArrodĆ­llense!

El que no genera riqueza no puede reclamarla. O no dijo el general John Feriado VerĆ³n que cada uno debe producir al menos lo que consume. ¿No es que ahora son veronistas? Resulta que de tener que ayudarlos a cruzar una avenida porque no le dan las tabas ahora pasan a cortarlas y a confiscar la libre circulaciĆ³n de la gente de bien que quiere una patria libre y subordinada. 

Conciudadanos (esta categorĆ­a corresponde a quienes piensan como nosotros) como ya dijo nuestro sociĆ³logo de cabecera, monseƱor Adorni, no hay que temer a la represiĆ³n sino al desorden. No quiero omitir que temer a dios tampoco estĆ” de mĆ”s. O acaso vamos a pegarles al comedor de su casa o cuando estĆ”n dĆ”ndoles de comer a las palomas en la plaza. 

Por eso le pido a nuestra juventud twitera que hable con sus abuelos. Les paso a mis contactos algunas recomendaciones para convencerlos. La data se basa en los rudimentos de formaciĆ³n de la prestigiosa escuela francesa por lo que los consejos no deben tomarse al pie de la letra pero su impronta filosĆ³fica es digna de ser tomada en cuenta.

Tengo que bajar al patio. Mi perra de mierda, recordarĆ”n a Montonera, animal bestial que me regalĆ³ mi madre planera, no deja de ladrar y de dejarme en evidencia. Ya en mi posiciĆ³n a nivel del mar, sĆ© lo que pasarĆ”. La bestia morderĆ” con violencia kirchnerista mi costoso disfraz de loro. Esta perra es tan previsible como la chorra. 

No aflojen con la lucha queridos retoƱos. Quienes hayan cumplido con regar simiente, eviten que sus hijos se junten con abuelos comunistas, marxistas, veronistas, kirchneristas o cosas aberrantes por el estilo. Porque si lo viejo conspira contra la revoluciĆ³n neomedieval, habrĆ” que acabar con los viejos. ¡A por ellos, querido rey!

¡VLC!

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