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lunes, 19 de agosto de 2024

“Porque la única verdad es la realidad que nos creamos”

(Sentencia del cabo primero “Tito” Ritondo)

Hoy escribe: El topo cloaca. 

Primero es lo primero. Renuevo las flores del merecido santuario que dedico a la memoria de mi fenecida perra Lilita, y me dispongo a beber un té rojo en la cocina de mi domicilio que alguna vez fuera mi bunker. 

Mi madre, que me avergüenza con su eterno agradecimiento a la que te dije por su jubilación sin aportes como personal domestico cumpliendo con su rol populista de santa Evita, me regaló una cachorra impura con un pequeño goteo de sangre Ovejero Alemán para que mi tristeza por la pérdida de mi mascota republicana no me afecte tanto. 

Ya veré como hago para que mi objetividad libertaria coopte sus vestigios de zombifilia peronchista.

Como es de esperar, esa misma madre que me regaló la perra, insiste con que desde hace bastante tengo la cabeza llena de pelotudeces. 

¡Así es el populismo mis amigos! Le pone “platita” en los bolsillos al pobrerío sin iniciativa empre dedora y la convierte indignamente en “pueblo”.  

A pesar de la auténtica libertad de la que hoy gozamos gracias a que el querido compatriota Alejandro "Sócrates" Fantino abrió el camino mediático de nuestro lider mundial excelentísimo señor presidente economista Javier Gerardo Milei, de quien gracias a su oficio pude emerger de la clandestinidad, hoy retomé el uso de uno de los disfraces que otrora me sirvieron para defenderme de aquella ahora extinta dictadura neomarxkirchnepalesmaoperochavista.

Casco amarillo, alguna herramienta, cualquiera, sostenida por el cinturón, una faja lumbar (así se la nombra en google) una pantalón gris espantoso y mis botas con punto de acero. 

Al calzar las botas siento alguna nostalgia de aquella loca juventud en la que salíamos a...mejor no lo digo, aún hay que guardar cierta corrección política. 

¡Ya vendrán tiempos de disfrutar de toda la libertad que merezco!. Decido salir al ruedo, a ese mundo que será hermoso para todos nosotros. 

Digo, cuando perezcan los mendigantes, los planeros todo ese bicherío que no la ve. Antes de partir, veo a

 la perra muy perra que ya vino con el nombre de la chorra montonera (no Pato, Cristina) orinando inacabablemente al pié del santuario de Lilita, a la que imagino en el cielo mordiendo de bronca el manto de un angelito negro que, sin dudas al menos de mi parte, debe cumplir en el paraíso con las tareas de limpieza.

No hay caso, con esta perra de mierda, en mi ex bunker no hay paz. 

Ahora la bestia que se ha vuelto indómita mordisquea mi pistola taser que por suerte se dispara y la deja dura como una tabla. 

No soporto ver el charco de meo que parece una laguna y decido pasar el trapo. A pesar del aroma a pino de California mezclado en el balde con lavandina “Canosa”, el olor de la orina se resiste al perfume primermundista, emanando un hedor a choripán que me remonta a los momentos más oscuros de la patria. 

La perra "subversiva", ya repuesta, se prende a una pierna de mi disfraz y cumple con su objetivo de romperlo. Ese amor irracional e injustificado a una madre peronista, a debilitado mi sistema de seguridad y sin darme cuenta he permitido que el enemigo entre a mi casa. 

Intento reprimirla con el palo del secador, pero el monstruo populista lo muerde con fiereza y lo arranca de mis manos. Ya perdido, llamo a mi madre para ver si ella puede hacer algo que calme a la bestia. Establecida la comunicación, mi progenitora me pide que la ponga al teléfono. 

Escucho entonces, de los labios de mi propia sangre el tatareo de la fatídica marchita y la perra luego de aullar en la parte que reza “ a la gran masa del pueblo” comienza a calmarse y luego se echa tranquila, sin dejar de mirarme, socarrona, provocativa. Dice mi madre que mañana bien temprano pasará a buscarla. 

Que la suya no fue una buena idea e, insiste, que eso me pasa por tener la cabeza llena de pelotudeces.

Termino exhausto. El populismo fascista sale ganando por ahora y proscribe mi deseo de acercarle a la gente, las bases de un proyecto que es para la gente, que emerge de escuchar a la gente, que apunta a un mejor futuro para la gente, y que es una política al fin y al cabo, como la gente.

Esta noche no cenaré. 

Tengo miedo de abrir la heladera y que la perra pagana decida ir por mi churrasco y lo confisque. Además, la madre SIDE, aún, parece, no ha tenido tiempo para leer mis antecedentes, mi currículo, bah, y mis ingresos, con los precios sincerados, son la pobreza de hoy que será la riqueza de pasado mañana.  Mejor otro té rojo.

Saludos compatriotas, hasta la próxima.

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