El escándalo que viene

Por Martín Barandiaran

En la Argentina libertaria, en la que una mayoría del electorado votó a un candidato por lo que tal vez fuera a hacer y por lo que seguramente no haría, la lucha contra la corrupción kirchnerista ¿Acaso existe otra?, es un logro innegable de gestión. 

Basta de negros cucas en cruceros amorosos o viejas pobres jubilándose sin aportes  y con la nuestra. Basta de vicepresidentas que se roba un PBI, o dos, de lo que no hace falta pruebas porque alcanza con la intuición de la justicia y el periodismo independiente. Y así podríamos seguir enumerando y ni que hablar de ese gobernador judeomarxista que no hace otra cosa que envenenarnos de comunismo.

Son tiempos de cambio. De ser un noble topo que por el bien de la ¿Ex patria? Viene a socavar las bases del estado parasitario.

Y como todo puede pasar, los rumores de lo que se denomina corrupción oficialista, es una muestra cabal de la iniciativa privada. Noo... no hablo de los rugbiers de Petovello que no eran ñoquis, sino un scrum ideológico, sino de la sobrefacturación de los caniles construidos en la residencia presidencial que de vez en cuando en sus regresos se país, habita el primer mandatario.

Fuentes poco confiables (¿existen otras en pliegues de posverdad?) aseguran que una empresa fantasma a cargo de ovejeros alemanes barras bravas del equipo de rugby del club La Salle, habría sobrefacturado los materiales con los que se construyeron las residencias de Murray, Milton, Robert y Lucas. En cuanto al altar que se comenta rinde culto a Conan que se murió pero vive, nuestro informante no tiene pruebas pero sí la absoluta certeza de que existe. Se asegura que el dudoso estilo arquitectónico que combina frontispicios griegos con aire acondicionado, colchón de agua, máquina expendedora de gaseosas y perras inflables, damos por hecho que es la última moda en Beverly Hills.

Seguramente el lector o la lectora pensarán que lo más arriba expuesto es una humorada, que es imposible que ocurra. 

Tampoco podía pasar que el peor economista y el mayor endeudador de la historia nacional fuera ministro de economía; que una terrorista que puso bombas en jardines de infantes sea ministra de seguridad de la Nación: que un senador libertario mintiera al leer un artículo de la ley " bases" augurando como excepción de delito la venta de un menor, si es llevada a cabo por un padre y existe una necesidad demostrable; que un presidente de la Nación en 2024 pusiera en dudas los delitos de lesa humanidad de la última dictadura militar; que el mismo funcionario ante el desastre causado por una tormenta en una populosa ciudad del sur de Buenos Aires dijera públicamente que sabia que con sus propios recursos iban a superar la crisis; que un diputado asistiera al derecho paterno para que un menor abandonara la escuela si era necesario para trabajar en la empresa familiar; que una Canciller considera que quien tenga una elección sexual distinta a la héteroformativa es comparable con un piojoso; que el avión presidencial traslade al primer mandatario a encuentros partidarios que no tienen vinculación con la función específica que demanda su cargo.

Podrían seguir los ejemplos, pero se me viene la hora de una cena frugal y soy un viejo jubilado que no accede a créditos porque es seguro que se va a morir, y que además, es parte de uno de los sectores beneficiados con el plan de gobierno qué, entre los pobres, es un privilegiado. 

¿En serio les parece que el caso de un negociado empresarial entre perros es una locura inconcebible en un país en que la Secretaria General de la Nación es la médium que se comunica con el espíritu de un fenecido animal de compañía que es quien termina iluminando el camino de gestión?

Compatriotas, que tengan una buena jornada y que espíritu de Conan los acompañe.