Por Aquiles Castro Mascotas //
En mis caminatas espeleológicas por diversas ciudades
chinas,me he cruzado, con jóvenes que llevan al cuello un
paƱuelo rojo. Intrigado por este signo, preguntƩ su significado, y con la
respuesta descubrà la meritocracia en la tradición del Gobierno Chino.
Desde Confucio, 551 a.C., estĆ” registrada esta
tendencia por asegurar la calidad de quienes gobiernan. Tomemos una cita de las
Analectas:
El duque Ai preguntó a Confucio:
‘¿QUĆ DEBO HACER PARA GANARME EL CORAZĆN DE LA GENTE?’
A lo que Confucio respondió:
‘ELEVA A LAS PERSONAS HONRADAS Y COLĆCALAS ENCIMA DE LAS NO HONRADAS Y GANARĆS EL CORAZĆN DE LA GENTE’
La honradez es la primera virtud de un buen gobernante en esta tradición.
En el aƱo 165 a.C., se instituyen los primeros
exƔmenes para los candidatos recomendados. El verdadero sistema de
exĆ”menes comenzó en la dinastĆa Sui, 587, y duró hasta 1904, en total 1.323
aƱos.
El aspecto mƔs apreciado en los exƔmenes, era
el dominio del idioma, para asegurar que en los documentos leĆdos o
redactados no transmitieran errores.
Pasamos al sistema actual de gobierno comunista y su
meritocracia: los mejores estudiantes son calificados como pioneros segĆŗn sus
mƩritos, llevan un paƱuelo rojo al cuello y en una manga unas barras que
indican si son primeros, segundos o terceros en su clase. Quienes lucen estos
signos son felicitados continuamente, incluso por desconocidos.
Al pasar a un colegio superior, son invitados a
ingresar a la Liga de la Juventud Comunista de China. Durante todo este
proceso, miembros del partido tratan de observar sus virtudes morales y cĆvicas
que los hacen dignos de ingresar al Partido Comunista.
Una vez al aƱo se revisa su desempeƱo. Entrevistan a
sus superiores, a sus pares, sus subordinados y se informan de su conducta
personal. Luego promueven a los mejores.
El sistema constituye una pirƔmide por la que
ascienden los elegidos. Pueden ser nombrados subgerentes, gerentes o jefes de
oficina.
Los mejores ascienden varios rangos mƔs y llegan al
ComitƩ Central. El proceso dura de 2 a 3 dƩcadas. El mƩrito es el factor
fundamental.
Al nuevo presidente de China, Xi Jinping, su carrera
le tomó 30 años. Empezó como administrador de aldea y mucho después dirigió
Ɣreas con 150 millones de personas y un PBI combinado de 1,5 billones de
dólares.
AdemƔs del Partido Comunista, existen ocho partidos
que se reúnen periódicamente en el Gran Palacio del Pueblo, situado en la plaza
Tiananmen.
Esta polĆtica ha producido un sistema que combina la
mejor opción para seleccionar dirigentes, con la opción que asegura la pronta
salida de los malos dirigentes.
El dramÔtico progreso de China en estas últimas tres
dƩcadas, es inseparable del sistema meritocrƔtico.
En esos dĆas supe que mi gran amigo, el profesor y astrólogo babilónico Nepomuceno BarragĆ”n, estaba dando unas charlas sobre:
“LA MĆSTICA Y LA INFLUENCIA ASTROLĆGICA DEL SERENO SOBRE EL LECHĆN ADOBADO”
En la tradicional UNIVERSIDAD TECNOLĆGICA DE KANPUR, en la India.
Y decidà visitarlo, con la inquietud de que me aclare un poco mÔs sobre este tema tan controvertido que es la meritocracia, mientras degustÔbamos unos sÔndwiches de milanesa de ternera con un buen vino tinto a orillas del Ganges.
BarragÔn comenzó explicÔndome, que elsistema funcionarial se inspira en las enseñanzas de Confucio, figura que hoy ensalza el presidente Xi con orgullo nacional.
Las culturas son importantes por su contribución al
progreso de la humanidad. Y la gran aportación de China a la cultura
universal ha sido la invención del funcionariado meritocrÔtico. Mientras en
Europa la gobernación del Estado se basaba en la fuerza bruta y las relaciones
familiares de un cĆrculo cerrado de parientes con el soberano, los chinos
establecieron una burocracia eficiente, abierta y secular, seleccionada con
criterios de talento, mérito y erudición. Este sistema no solo permitió la
permanencia y florecimiento del Imperio Chino durante 2.000 aƱos, sino que
acabó siendo imitado en todas partes, incluso en nuestras oposiciones actuales
a los cargos pĆŗblicos.
He regresado recientemente de la Universidad de PekĆn,
decĆa BarragĆ”n, donde he podido comprobar que de nuevo se estudia la tradición
confuciana, a la que la burocracia china ha estado siempre asociada. El
presidente Xi Jinping ha
ensalzado a Confucio, incluso ha honrado su memoria visitando su pueblo natal
de Qufu. La palabra confucianismo —nombre que los jesuitas dieron al
pensamiento del maestro Kong (en chino, Kong Fuzi, latinizado como Confucio)—
no existe en chino; en vez de ello, se habla de la rujia o
escuela de los burócratas eruditos. Incluso los nuevos institutos
recientemente creados para difundir la cultura china en el mundo se llaman
oficialmente institutos Confucio.
Concluyendo, el profesor BarragĆ”n, nos dice que, es necesario destacar que es difĆcil que cualquier sistema polĆtico, económico o militar sea totalmente meritocrĆ”tico. Ya que siempre existen otros factores de selección o de funcionamiento que provocan la presencia de individuos teniendo en cuenta otras variables, entre ellas,factores como la vida polĆtica de partidos, la equidad por sexos, o la integración de minorĆas sociales o culturales en órganos de poder.
Alternativamente, la realidad ha demostrado que es
utópico pensar que el esfuerzo individual prevalece sobre el contexto social en
todos los casos. Ya que personas con un origen social y económico mÔs
favorables, en la mayorĆa de las veces, tiene mayor acceso a altos niveles de
educación y mejores puestos de trabajo.
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