No se hizo esperar. El cálido recibimiento tampoco. Habita entre nosotros un gran afecto y, por sobre todo, un gran respeto. Se siente, se palpa en el abrazo extendido del recibimiento.
Muchos Mates y algunas medialunas fueron el marco para la charla. Da gusto escucharlo, aún en nuestras discrepancias.
De una lucidez envidiable, es Darío Díaz un actor preponderante en la vida política del país.
Activo militante, incansable luchador, artífice silencioso de incontables iniciativas hoy traducidas en derechos que todos disfrutamos.
La charla? imperdible. Por eso no le agregamos, ni le quitamos nada. Completa, aquí.
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