Caminamos de aquí para allá. Terminamos sin buscar frente a la puerta tétrica (blanca). La palabra se hace aliento suave, cálido y en mí cabeza una vez más se pinta ese cielo rojo y escucho aquel horizonte de perros.
Un relato de María Alejandra Puntiglia, escritora, aunque todavía no se ha dado cuenta
No hay comentarios:
Publicar un comentario