Adiós a las almas

Horacio Orgambide // 

El redactor de la nota tiene penas que transitan huérfanas, desmadradas, entre pecho y cabeza. 

Toda idea, en la instancia previa de su instalación, revela su origen en acontecimientos que exceden al portante. 

Pensadores y pensadoras se remiten en estos casos a un temblor que en el ánimo o el alma, quien lea elegirá su percepción, se instala y tras el arribo de cierto desconsuelo hace preguntas. 

No por repetido puede uno preservarse, optar por herramientas que disminuyan el impacto.

Un niño desaparece y tras el supuesto estupor,  medios de comunicación, ingeniería jurídica y show mediático del poder político se hacen cargo de la situación. 

Escuchamos atónitos teorías que abarcan desde violencia sexual y tráfico de menores hasta la instalación de un centro radiológico que especulando con lo inespeculable, se compromete a auditar el sistema digestivo de la fauna local. 

La hipocresía del enjambre virtual cumple con la responsabilidad emocional de cada particular editando la foto de la víctima y poniendo el moño del obsequio con la contundencia de una frase que instale el dolor del ahora protagonista, el publicante, para el conocimiento de cierta exquisita sensibilidad y la conmoción del observador. 

El hecho en si es la excusa perfecta para que se sepa cuanto "me" duele, como "me" moviliza. 

Me presento y protagonizo: invisibilizo. Termino por desaparecer del todo al desaparecido, tal vez, quiero creer, sin "darme" cuenta, perdido en la dinámica de ser en "mi" totalidad lo que quiero pensar de "mí".

Se organizan cadenas de oración, no juzgó aquí certezas respecto a la fe que aún no ha movido montañas, para que un increado e increíble se haga cargo de la ineptitud de los mortales que deben intervenir.

Acaso el conflicto se instale en la inexistencia de ese niño antes de que desaparezca. 

Un niño que aparece en el radar de nuestra sensibilidad cuando ya no está en el paisaje en el que transcurría su cotidianidad. ¿Es necesario considerar que alguien pueda ser nuestro hijo o nuestro nieto, para que un niño adquiera el derecho a estar?. 

Hay quienes juzgan que la investigación ha sido opacada por falta de profesionalismo o intención de dificultarla porque puede implicar al poder de turno. Se piensa en la elaboración de teorías conspirativas, elegimos entre una y otra y otra y otra opción. 

La desnaturalización del derecho a la protección de la niñez se evidencia porque estamos frente  a un mero caso policial. Los declarantes de ocasión se ven en las pantallas. 

Entre tanto los medios cubren espacios que a veces corren el riesgo de quedar vacíos.

El redactor sigue buscando palabras, intentando elaborar nuevas preguntas. 

Las penas del inicio se chocan unas con otras. Admito que ni remotamente protagonizan esta historia