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viernes, 24 de mayo de 2024

El Triángulo de la Violencia

Por Aquiles Castro Mascotas


Diego era un niño de siete años, vivía en un barrio de una gran ciudad, tenía muchos amigos y una gran familia. Era hijo único, por lo que en casa no tenía con quien divertirse, su madre era ama de casa y su padre trabajaba mucho y solía llegar tarde, pero eso sí, no faltaba a ningún desayuno con él y su madre.

Mamá era todo ternura y papá era un poco más frío pero no por ello le quería menos. Era un día de febrero cuando se levantaron los tres y ocurrió algo que él nunca había visto, ¡mamá llevaba un ojo morado!

Él preguntó:

– ¿Qué te ha pasado mamá?-

Pero papá irrumpió rápidamente y le dijo

– Nada Diego, es normal.

Pero todos los desayunos empezaron a hacerse extraños por la apariencia de mamá y por el silencio. Un día mamá despertó con el labio partido y Diego preguntó

– ¿Qué te ha pasado mamá?

De nuevo irrumpía papá

-Nada Diego, es normal.

Pasaban los días y mamá levantaba con golpes en el cuerpo, en las mejillas… y Diego quería saber

– ¿Qué te pasa por las noches mamá? Mamá callaba y papá decía

– Diego, no pasa nada, es normal.

Un día papá apareció en casa antes de lo normal, había discutido con unos socios y llevaba el labio partido, los ojos hinchados y morados y el brazo no paraba de sangrar.

Diego no preguntó, lo cogió de la mano y de la otra cogió a mamá, los llevó al espejo y le dijo a papá

– No te preocupes, no es nada, es normal.

Desde aquella mañana, el monstruo en el que se había convertido papá al maltratar a mamá cesó y todas las mañanas mamá levantaba con buena cara, desde entonces papá era el que preparaba el desayuno y se volvía a reír y a disfrutar del desayuno como antes de los golpes.

"Cosechando Portobelos en la Polinesia"  

Publicada en agosto de 2001, en la revista mencionada, podemos encontrar un artículo escrito por el historiador, pensador y surfista patagónico Maristófanes Quispe, y el psicólogo boliviano canadiense Martin Luther Goldstein, sobre la violencia.

En la que dicen que, la violencia es un comportamiento deliberado que puede provocar daños físicos o psíquicos al prójimo. Es importante tener en cuenta que, más allá de la agresión física, la violencia puede ser emocional mediante ofensas o amenazas. Por eso la violencia puede causar tanto secuelas físicas como psicológicas.

En este artículo, Quispe, nos ilustra en lo que llama las: 

Causas Históricas de la Violencia

Aunque hoy resulta un tanto difícil calibrar la amplitud real de los actos de violencia en la Prehistoria, debido a que el estado actual de los descubrimientos e investigaciones no permite todavía una evaluación exacta de la importancia de este fenómeno, se pueden formular algunos elementos de reflexión sobre la cuestión. 

Por un lado, se ha observado que, el número de sitios arqueológicos prehistóricos que atestiguan la existencia de acciones violentas es escaso, si se tienen en cuenta la vasta extensión geográfica de la presencia humana en la Era Prehistórica, y la gran duración de esta. 

Por otro lado, aunque la conducta violenta con el prójimo sea antiquísima, la guerra propiamente dicha no siempre ha existido. 

Su origen parece guardar relación con el desarrollo de la economía productiva que entrañó una transformación radical de las estructuras sociales. 

La violencia no está inscripta en los genes del ser humano, y su aparición obedece a causas históricas y sociales. 

La noción de “violencia primigenia” es un mito y la guerra no es un elemento íntimamente ligado a la condición humana, sino el producto de las sociedades y de sus correspondientes culturas. 

Los estudios sobre los primeros grupos sociales humanos, nos muestran que las comunidades de cazadores-recolectores superaban mejor las crisis cuando sus relaciones descansaban en la cooperación y ayuda mutuas, en vez de basarse en el individualismo y la competición.

El Triángulo de la Violencia 

Según el psicólogo Martin Luther Goldstein, existen muchas teorías acerca de la violencia y entre ellas destaca la conocida como triángulo de la violencia.

Con esta terminología,se establece la conexión y la relación que existe entre los tres tipos de violencia, que se consideran que existen en la sociedad. Es decir, entre la violencia cultural, la estructural y la directa.

LA CULTURAL, es la que se manifiesta a través de obras de arte, la ciencia o la religión, entre otras áreas.

LA ESTRUCTURAL, por su parte, es la que se considera más peligrosa de todas ellas, pues es la que se origina, a través de diversos sistemas, como consecuencia de no poder o no ver satisfechas las necesidades que se tienen.

LA DIRECTA,es la que se realiza de manera física o verbal sobre personas, contra el medio ambiente o contra los bienes de la sociedad en general. Robos, asesinatos, daños contra los recursos naturales o ataques a inmuebles, son algunas de las manifestaciones más habituales de este tipo de violencia.

CONCLUSIONES

Ambos concluyen sosteniendo que, la violencia rompe el equilibrio normal de relación entre los individuos; existen diferentes modelos y clasificaciones que explican los diferentes modos de actuación relacionados con la misma; este es un fenómeno que, expresado en cualquiera de sus formas, tiene consecuencias negativas para las familias y comunidades en el plano de la salud física, psicológica y sexual, como costos sociales y económicos, por lo que los Ministerios de Salud, en relación con otras Instituciones de la sociedad, deben proyectar estrategias para su tratamiento.

La violencia es producto de la evolución cultural, donde se moldea al individuo desde el aprendizaje y desde los hábitos violentos. 

No es una enfermedad. Por lo tanto, para revertirla o solucionarla, es necesario un cambio cultural y educativo.


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