Tato es de Marcos Paz, pero desde hace cinco años eligió un camino diferente: dejó atrÔs su sueño de ser futbolista para recorrer el mundo con sus malabares. Hoy vive en Brasil y sostiene que gracias a su pasión ha conocido personas, culturas y paisajes que jamÔs imaginó.
Durante este tiempo, su arte lo llevó por todo nuestro paĆs, Chile, Bolivia, Paraguay y Brasil, paĆs en el que actualmente reside. “El pueblo latinoamericano es maravilloso, solidario. Siempre me han tratado muy bien en todos lados, han sido muy hospitalarios y generosos”, cuenta con una sonrisa.
Tato regresó a la Argentina por unos dĆas para visitar a sus padres y conocer a su sobrina reciĆ©n nacida. Mientras disfruta del reencuentro familiar, ya piensa en su próximo destino: “Me quedo unos dĆas y regreso a San Pablo. Me ofrecieron trabajo en un crucero y muy seguramente acepte. Quiero conocer Europa, y si puedo lograrlo gracias a mi arte, mucho mejor”.
A lo largo de su recorrido, trabajó en circos y en espectĆ”culos callejeros. “A veces me ven hacer mis rutinas en la calle y me contratan. Pero acĆ” soy mĆ”s libre y gano mĆ”s dinero”, explica, destacando que el malabarismo no solo se convirtió en su forma de vida, sino tambiĆ©n en su pasaporte al mundo.


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